
La nostalgia es un arma poderosa, pero cuando se empuña con la maestría de una de las mejores voces del Power Metal mundial, se convierte en pura magia. Valencia tenía marcado en rojo la llegada de la gira de FABIO LIONE, quien, bajo el estandarte de FABIO LIONE’S DAWN VICTORY, venía dispuesto a reclamar el trono de los himnos que definieron a toda una generación con RHAPSODY.
Es cierto, no estaban Luca Turilli ni Alex Staropoli, los arquitectos originales de la sinfonía, pero la promesa de una noche repleta de dragones y épica, sumada a una formación de lujo con ex-miembros de la legendaria banda italiana, fue suficiente reclamo. Tras su paso por Barcelona, la Sala 16 Toneladas abrió sus puertas a las 20:30, recibiendo a una legión de fieles listos para la batalla.

La nueva sangre del Power italiano

GLORIA PERPETUA: La cátedra de Fabio Lione
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A las 22:00, las luces bajaron y la intro "In Tenebris" erizó el vello de los presentes. La banda tomó posiciones y, al sonar los primeros compases de "Dawn of Victory", el 16 Toneladas, literalmente, se vino abajo. Fue un estallido. Ver a toda la sala coreando a pleno pulmón aquello de "Gloria, gloria perpetua..." fue, sin duda, uno de los momentos del año.
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Fabio Lione salió al escenario como lo que es: una leyenda. Y lo hizo con un humor envidiable. No tardó en bromear sobre la ausencia de teclista físico y el uso de pistas pregrabadas, señalando al vacío donde debería estar Staropoli. ¿Se echó de menos un teclado en vivo? Musicalmente, sí, para qué engañarnos, pero la actitud de la banda suplió cualquier carencia visual.
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Y es que, aunque no esté Turilli, tener a Dominique Leurquin en las seis cuerdas es garantía de sonido Rhapsody puro, perfectamente complementado por la savia nueva de Justin Hombach. La maquinaria rítmica de Patrice Guers (bajo) y Alex Holzwarth (batería) funcionó como un reloj suizo en trallazos como "Wisdom of the Kings" y "The Wizard's Last Rhymes".
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La noche fue una fiesta de nostalgia. "March of the Swordmaster" y "Riding the Winds of Eternity" desataron la locura, intercaladas con las anécdotas de un Fabio muy hablador. Nos contó batallitas sobre sus charlas con el mismísimo Christopher Lee (Drácula para los amigos), presumiendo de que su español es mejor que su italiano. Y ojo, que razón no le falta. |
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Hubo momentos para todo. Desde la interacción con una fan de primera fila para presentar "The Village of Dwarves", hasta la solemnidad operística de "Lamento Eroico". Aquí es donde Fabio demuestra que juega en otra liga: pasó de los agudos del Power Metal a una interpretación de tenor que nos dejó a todos mudos. Piel de gallina.
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La recta final fue un in crescendo de manual. "Holy Thunderforce" elevó las pulsaciones, y la sorpresa llegó cuando Nicoletta de Alterium regresó al escenario para un dueto mágico en "Symphony of Enchanted Lands". Pero la gente quería sangre, quería el himno definitivo. Y llegó. "Emerald Sword" puso el broche de oro a 90 minutos de actuación con un público que se dejó la garganta cantando hasta la última nota. |
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Fabio Lione demostró en Valencia que es incombustible. A pesar de venir de una gira intensa con Angra hace apenas unos meses, su voz está en un estado de forma envidiable, impecable en cada registro.
Con un sonido notable (a pesar de la falta de escenografía o teclista real), Dawn Victory ofreció exactamente lo que prometía: un viaje a las Tierras Encantadas de hace 25 años. Madrid, Burgos y Bilbao, preparaos, porque la Espada Esmeralda sigue afilada.
Cronica y Fotos: Lorena METALHEART